domingo, 26 de abril de 2015

Recuperando la Feminidad Bíblica

Por: Nancy Leigh Demoss



En el año 1990 la revista Time le dedicó una edición especial completa al tema de la mujer. La edición especial de ochenta y cuatro páginas presentaba una crónica de la revolución feminista de la generación pasada. Incluía artículos sobre avances revolucionarios tales como "el camino hacia la igualdad", la psicología de crecer como mujer, los roles cambiantes de la mujer en el mercado de trabajo, la mujer como consumidora, perspectivas de cambio sobre el matrimonio y la familia, y los obstáculos que enfrentan las mujeres que aspiran carreras políticas. En una sección se incluían los perfiles de "10 mujeres de temple" que habían combinado "talento y empuje" para ser "exitosas" en sus carreras, desde una que era jefe de la policía hasta una artista del rap. 

Brilló por su ausencia en toda la edición el reconocimiento a mujeres que han tenido éxito en formas que no están relacionadas con carreras o profesiones, mujeres que han permanecido casadas exitosamente al mismo hombre o que han tenido éxito en criar hijos que están haciendo una contribución positiva a la sociedad. Tampoco es sorpresa que no se le echaran flores o elogios a ninguna mujer por ser reverente y moderada, o modesta y casta, o gentil y callada; por amar a su esposo e hijos, por mantener una casa limpia y bien ordenada, por cuidar de sus padres ancianos, por proveer hospitalidad, por actos de bondad, servicio y misericordia, o por demostrar compasión por los pobres y necesitados; el tipo de éxito que, conforme a la Palabra de Dios, es al que las mujeres deben aspirar (1 Ti. 5:10; Tit. 2:3-5). 


Me chocó el hecho de que aunque la cobertura de la revista Time presentara mujeres en diferentes roles y escenarios, hubo muy pocas referencias al hogar. Las lectoras que han escogido una carrera como "ama de casa" fácilmente pudieron haberse sentido conmocionadas por el solitario artículo sobre las "esposas" insertado en una columna lateral, titulado "Precaución: Trabajo Peligroso", y con el subtítulo de: "¿En busca de una seguridad económica que le dure toda la vida? No invierta en ser ama de casa". Parece ser que la identidad y el valor de la mujer han llegado a corresponderse con su papel en la comunidad o en el mercado. Así es como generalmente se define, se mide y se experimenta su "valor". En contraste, se asigna relativamente poca prioridad o valor a su rol en el hogar.

El Fruto de la Revolución

La revolución feminista estaba supuesta a llevar a la mujer a una mayor realización y libertad. Pero no puedo dejar de verme embargada por un sentido de tristeza cuando veo lo que ha sido sacrificado en medio de esta conmoción: la belleza, la maravilla y el tesoro que son el carácter, el llamado y la misión que caracterizan a la mujer. 

No debe sorprendernos que el mundo secular esté confundido y equivocado respecto a la identidad y el llamado de la mujer. Pero lo que encuentro preocupante es el grado hasta el cual la revolución descrita más arriba se ha arraigado aun dentro del mundo evangélico. Vemos el fruto de la revolución cuando conferencistas, autores y líderes cristianos promocionan, ya sea sutil o abiertamente, el propósito de incentivar a la mujer a definir y descubrir su valor en el mercado, en la sociedad o en la iglesia, mientras se minimiza (o hasta en detrimento de) sus roles distintivos en el hogar como hijas, hermanas, esposas y madres, como portadoras y fomentadoras de vida, como cuidadoras, como las que tienen el privilegio y la responsabilidad de formar el corazón y el carácter de la próxima generación.

 Vemos el fruto de la revolución en los ojos y el clamor de mujeres que se están ahogando en el atolladero del divorcio en serie, nuevas nupcias e hijos rebeldes; mujeres completamente exhaustas por las exigencias de tratar de hacer malabares con uno o más trabajos, con su función como madres solteras y ser activas en la iglesia; mujeres que están desorientadas y confundidas, que carecen de un sentido de misión, visión y propósito para sus vidas y que están perpetuamente rodeadas de dolor, falta de confianza en sí mismas, resentimiento y culpabilidad. Sí, la revolución ha llegado a la iglesia. Y cuando sacamos cuenta de las ganancias y pérdidas, no hay duda en mi mente de que las mujeres han sido las perdedoras, así como sus esposos, hijos y nietos, toda la iglesia juntamente con nuestra cultura perdida e incrédula.

Un Llamado Contrarrevolucionario

Hace algunos años empezó a despertarse en mi corazón un sentido fresco de misión. Desde ese tiempo, el sentido de pesimismo y desesperanza de ser tragada por la revolución ha sido sustituido por esperanza y entusiasmo. Un estudio sobre el desarrollo del feminismo moderno (el feminismo en sí tuvo su origen en el Jardín del Edén) me impactó con el hecho de que esta revolución masiva no empezó como una revolución masiva. Empezó en los corazones de un puñado relativamente pequeño de mujeres con un propósito, mujeres con esfuerzos determinados e intencionales. 

Mientras consideraba el crecimiento del feminismo moderno, empecé a preguntarme lo que pudiera suceder en nuestros días si apenas un pequeño número de mujeres devotas e intencionales empezaran a orar y a creerle a Dios por una revolución diferente, una contrarrevolución, dentro del mundo evangélico. ¿Qué sucedería si hubiera un "remanente" de mujeres que estuvieran dispuestas a volver a la autoridad de la Palabra de Dios, a abrazar las prioridades y el propósito de Dios para sus vidas y hogares, y vivir la belleza y la maravilla de la femineidad como Dios la creó?

 A diferencia de la mayoría de las revoluciones, esta contrarrevolución no exige que marchemos en las calles ni que enviemos cartas al Congreso o nos unamos a una organización más. No nos exige que salgamos de nuestras casas, de hecho, para muchas mujeres es un llamado a que regresen a sus hogares. Sólo exige que nos humillemos, que aprendamos, afirmemos y vivamos el patrón bíblico de la femineidad, y que enseñemos los caminos de Dios a la próxima generación. Es una revolución que tendrá lugar en nuestras rodillas.

 Quiero invitarlas a formar parte de esta contrarrevolución, librada no con las armas de la ira, el descontento, la rebelión y el rencor, sino con la humildad, la obediencia, el amor y la oración, creyendo que en el tiempo de Dios los cambios producidos serán más profundos y de un orden superior que cualquiera de los cambios masivos sociopolíticos que nuestro mundo ha vivido en esta generación.


jueves, 9 de abril de 2015

Rol Bíblico de la Mujer: Todo comienza con la Obediencia


 Juan 14:23 "Le contestó Jesús:
—El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él.”

Desde que Dios me salvó, al comenzar a leer la Biblia quedó más que claro para mí, que Dios demanda obediencia, obediencia a Su Palabra escrita. Desde ese momento comencé a leer la Biblia en oración, para conocer que Dios dice y pide de mí como mujer cristiana. Saberlo me permitió entender la importancia de lo que Dios pide y por ende, venir con un corazón dispuesto a realizar lo que Dios demanda de mí. La única manera de que esto sea posible, es tener mis ojos puestos en el Señor, quien me da la fuerza. 

El propósito por el cual creé este “blog”, fue con la única intención de que las mujeres cristianas que aun no están ejerciendo su rol bíblico, entiendan la importancia de obedecer la Palabra de Dios, de honrarle y de vivir el alto llamado de Dios para la mujer cristiana. Si pudieran conocer la seriedad de este asunto y si verdaderamente vivieran en obediencia a Dios, nuestros hogares serían hogares armoniosos, nuestros matrimonios reflejarían la relación de Cristo y Su iglesia, nuestras iglesias tendrían familias saludables y aunque parezca exagerado, nuestro país sería un lugar diferente.
Dijo en cierta en ocasión el segundo presidente de los Estados Unidos, el Presidente John Adams: “De todo lo que he leído sobre historia y gobierno, sobre la vida humana y los modales, he llegado a la siguiente conclusión: Los modales de las mujeres son el barómetro más infalible para averiguar el grado de moralidad y virtud de una nación. Los judíos, los griegos, los romanos, los suizos, los holandeses, TODOS perdieron su espíritu público y sus formas republicanas de gobierno cuando sus mujeres perdieron el recato y las virtudes domésticas.” 

Palabras fuertes, pero oh, tan ciertas. Al estudiar la Biblia nos damos cuenta de que estas palabras son una realidad. La responsabilidad que Dios le dio a la mujer es tal que el dejarnos llevar por la corriente de este mundo puede traer como consecuencia la destrucción de la moralidad de una nación entera. ¿No es esa la realidad que estamos viviendo en nuestros días? Tanta inmoralidad, criminalidad, falta de sensibilidad, niños que le faltan el respeto a sus padres, tanto adulterio, la tasa de divorcio en aumento: ¿Será una simple casualidad? Me temo que no. 

Las mujeres que conozco en mi entorno, que viven en obediencia a la Palabra de Dios en cuanto a su rol bíblico son tan pocas, que si las contara con los dedos de mis manos, me sobrarían muchos dedos. Esto me entristece en sobremanera pero por tal razón, no me sorprende que la sociedad esté como está. Madres dejando a sus hijos tan pronto nacen para irse a trabajar, esposas que están todo el día fuera de su casa (a merced de otros hombres en los trabajos) y no tienen tiempo para sus esposos, mujeres cristianas que como trabajan fuera todo el día, al llegar a la casa hay tanto que hacer que no tienen nada de tiempo para leer sus biblias y mucho menos para orar. Mujeres, despierten!!!! El llevar a cabo nuestro rol es un asunto serio; ¿difícil? bastante, pero si eso es lo que Dios demanda de ti como mujer, Él te va a capacitar y te dará la gracia para poder llevarlo a cabo. 


 Dijo Elizabeth George en su libro: Una Esposa Conforme al Corazón de Dios: "Sé que la situación de cada mujer es diferente. Muchas trabajan fuera de casa, sin embargo, toda mujer casada está llamada a respetar sus prioridades, que en el caso de una mujer cristiana conforme al corazón de Dios, se trata de las prioridades divinas. Por lo tanto, siempre debemos recordar lo siguiente: Hacer la voluntad de Dios no tiene precio. Jamás el pago, ni el salario, ni los beneficios derivados de un empleo podrán reemplazar una vida conforme a la voluntad de Dios. El trabajo que Dios te ha encomendado es ayudar a tu esposo, alimentar tu relación con él, amar y cuidar a tus hijos, y encargarte de la labor de edificar tu casa". 



A continuación les comparto un extracto del libro: “El plan del Señor para la iglesia” de John MacArthur. 

Muchas de ustedes dirán: “Yo voy al templo. ¿No es eso suficiente? Primera Samuel 15:22 dice: “Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios”. El ritual nunca puede reemplazar a la obediencia. En 1 Pedro 1 el apóstol dice:”Ceñid los lomos de vuestro entendimiento” (v.13). En otras palabras, deben estar  seguras de que sus prioridades están en buen orden. “Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia” (v. 14). No vivan en la manera que vivían antes de ser cristianas. Tienen que ser hijas obedientes.

Es triste que cuando algunas personas se ven confrontadas con la verdad divina que los convence de algo que no es correcto en sus vidas, ellos siguen en su camino de desobediencia. Jesús dijo: “Antes bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios, y la guardan” (Lc. 11:28). Pablo, al elogiar a los cristianos de Roma, dice: “Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros” (Ro. 16:19). El corazón de un pastor se alegra cuando es manifiesta la obediencia de los creyentes.


Jesús dice en Lucas 6:46, “¿Por qué llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo”. Si Jesús es el Señor de su vida, debiera hacer lo que le pide que haga. Mateo 7:13-14 nos dice que el camino que lleva a la salvación es angosto. Lo es porque está limitado por la voluntad de Dios, la ley y la Palabra. Tenemos que afirmar a Cristo como Señor (Ro. 10:9-10) y someternos a su señorío. Eso significa vivir una vida de obediencia.

domingo, 5 de abril de 2015

Jesús nos ofrece ¡Resurrección!

Por: Betsy Torres de Gómez



Lectura Bíblica
1 Corintios 15:20-23
Mas ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron. Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en su venida.

Reflexiona:

Hemos estado reflexionando en algunos de los beneficios ganados por Cristo en la cruz: salvaciónredenciónexpiaciónpropiciaciónjustificación y  adopción. Es preciso que con frecuencia nos expongamos a estas verdades de manera que no olvidemos la posición que hemos recibido en Él.
Hoy nos concentraremos en un acontecimiento que hizo posible todos los anteriores, porque es en la resurrección de Cristo que se sella su obra completa, Wayne Grudem lo dice de esta manera:
“Al resucitar a Cristo, Dios el Padre estaba en efecto diciendo que aprobaba la obra de Cristo de sufrimiento y de muerte por nuestros pecados, de que su tarea estaba consumada, y que ya no había ninguna necesidad de que Cristo permaneciera muerto. 
Ya no quedaba penalidad que pagar por el pecado, ya no había que cargar más con la ira de Dios, ya no había más culpa ni deuda que pagar: todo había quedado completamente pagado, y no quedaba ninguna culpa. Dios estaba diciendo mediante la resurrección: Apruebo lo que se ha hecho, y tú eres bien recibido en mi presencia.” 
Beneficios de la resurrección para ti: 
1- Una vida nueva en Cristo
Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación. 1 Pedro 1:3 NTV 
2- Poder de vencer el pecado y predicar el evangelio
Ahora podemos servir a Dios, no según el antiguo modo —que consistía en obedecer la letra de la ley— sino mediante uno nuevo, el de vivir en el Espíritu. Romanos 7:6a NTV 
3- Estamos sentados en lugares celestiales en Cristo
Aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados), y con El nos resucitó, y con El nos sentó en loslugares celestiales en Cristo Jesús. Efesios 2:5-6 LBLA 
4- Resucitaremos con Él
Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá. Juan 11:25
Ya que han sido resucitados a una vida nueva con Cristo, pongan la mira en las verdades del cielo, donde Cristo está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios. Colosenses 3:1-3 NTV

Pregúntate:

- ¿Tengo garantía de que estas unido con Cristo?
- ¿Vivo a la luz de la esperanza de la resurrección?
- ¿Veo mis circunstancias como temporales o eternas?
- ¿La esperanza de resucitar con Jesús me alienta?

Ora: 

- Da gracias por el privilegio de estar unida a Cristo.
- Pídele a Dios que te ayude a poner tu mirada Él, a pesar de cualquier circunstancia adversa.
- Pídele al Espíritu Santo nuevas fuerzas para hacer morir el pecado en ti.
- Ora por denuedo para predicar el evangelio con poder.

Jesús nos ofrece ¡Justificación!

Por: Betsy Torres de Gómez 



Lectura Bíblica

Romanos 3:21-26
Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por la ley y los profetas; es decir, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen; porque no hay distinción; por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia,  Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, para demostrar en este tiempo su justicia, a fin de que El sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús.1 Juan 2:1
Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

Reflexiona:

Por más que te trates en tus fuerzas nunca podrás llegar al estándar de la justicia de Dios, siempre te quedarás corta. Dios es justo y ningún injusto puede tener comunión con Él, es por esto que Cristo, vivió una vida completamente justa, se presentó en la cruz como nuestro intermediario y cargó nuestra injusticia de manera que todos los que creemos en El hemos seamos vestidos de su perfecta justicia.
Como dice Pablo en esta carta a Roma, Dios es el que justifica al que tiene fe en Jesús, no existe otra manera. En el momento en que pones tu mirada en Él para salvación, la justicia de Cristo es imputada (cargada) a ti, de manera que cuando Dios te ve, ya no ve tu maldad y pecado, si no que ve la justicia perfecta de Cristo.
¿No es eso maravilloso?
Beneficios de la justificación:
1.- Al ser justificados ya podemos establecer una correcta comunión con Dios.
No hay temor porque ya no hay condenación para los que están en Cristo.
2.- Tenemos certeza de que nuestros pecados han sido perdonados.
Somos libres del temor y la culpa generada por el pecado, podemos acercarnos confiadamente al trono de Dios.
3.- La justicia de Cristo nos pertenece y somos declarados justos ante los ojos del Padre.
No hay pecado que pueda apartarme de Cristo porque cuando Dios te ve, ya no observa tu condición caída, si no que mira la justicia de Cristo en ti.

Pregúntate:

-¿En medio de tus debilidades puedes ver a Jesús como tu Abogado ante el Padre o te quedas frustrado sin esperanza?
-¿Cuando pecas te sientes incapaz de presentarte ante Dios o corres a Su trono confiando en que Él te ve con la justicia de Cristo?
-¿Es la justicia una característica que adorna tu vida?

Ora: 

-Dale gracias a Dios por haberte vestido de su Justicia.
-Pídele a Dios que te guie a la cruz en medio de tu debilidad.
-Pídele a Dios que te ayude a manifestar su justicia a tu prójimo.

viernes, 3 de abril de 2015

Jesús nos ofrece ¡Salvación!

Por: Betsy Torres de Gómez



Cuando se acerca el tiempo de Semana Santa comenzamos a planificar qué haremos en los días feriados. Muchos se van de vacaciones, o a visitar a sus familiares en el campo, otros hacen diferentes actividades en la ciudad. Pero muy pocos planifican una preparación espiritual para acercarse a Dios en esta semana que conmemora el sacrificio de Cristo.
Creo que la razón de no prestarle atención se debe a que no conocemos a plenitud lo que sucedió hace mas de dos mil años.
Todo inició la noche en que el pueblo de Dios iba a salir de la esclavitud de Egipto, era una noche oscura y tenebrosa en la que el ángel de la muerte pasaría por cada casa tomando al primogénito de cada familia. Los judíos habían recibido órdenes de parte de Dios de matar un cordero y rociar su sangre en el dintel de la puerta de cada hogar. Cuando el ángel de la muerte veía la sangre del cordero pasaba por alto esa casa, de ahí viene la palabra en inglés “Passover” que significa “pasar por encima de”.
Todo esto era símbolo de lo que Cristo habría de hacer por Su pueblo, Él sería ese cordero que con su sangre nos libraría de la muerte eterna.
¡Es justamente eso que celebramos en esta Semana Mayor! ¡Que Jesús cargó con el pecado, con la culpa y la muerte que merecíamos!
Así que te invito a que durante esta semana santa puedas planificar un tiempo para orar y reflexionar acerca de 7 características de la obra de Jesús en la cruz del calvario.

LUNES - Jesús nos ofrece ¡Salvación!

Lectura Bíblica
Y El os dio vida a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.  Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados).Efesios 2:1-5

Reflexiona:

Si tu mejor amiga estuviera gritando ¡Sálvame! saltando en una piscina con agua solo hasta los tobillos, ¿correrías a sacarla? -¡No! (Me imagino que la mirarías con cara de preocupación de que haya perdido la cabeza.)
Ahora, si pide por auxilio y ves que en realidad se está ahogando, te lanzarías a rescatarla inmediatamente!
Solo se puede salvar a quienes no pueden hacerlo por sí mismos. Para poder entender el milagro de la salvación primero debes reconocer cual es tu condición ante Dios.
Quizás has llegado a pensar que eres una niña buena y que no tienes mucho de que arrepentirte y si este es tu caso quiero que sepas que estás muy equivocada. La Palabra nos dice claramente que estamos muertos en nuestros delitos y pecados (Efesios 2:5), estamos en enemistad con Dios (Colosenses 1:21), somos hijas de desobediencia (Efesios 2:2), somos hijas de ira (Efesios 2:3) y como fruto del pecado estamos lejos de Dios. (Efesios 2:13)
No hay forma de quedar bien parado delante de Dios cuando vemos a la luz de la Palabra cual es nuestra condición.
Es por esto que cuando nuestros ojos son abiertos a esta horrible y oscura verdad entonces podemos ver la deslumbrante luz de Cristo al reconocer que Él nos salvo del dominio del pecado, de la culpa que pesaba en nuestros hombros y de la muerte eterna que es la separación de Dios.

Pregúntate:

¿Se me hace difícil ver la maldad de mi corazón y la necesidad de un Salvador?
¿Estoy viviendo a la luz de la obra que Cristo hizo por mí en la cruz?
¿Vivo aún en las pasiones de la carne, satisfaciendo mis deseos pecaminosos?

Ora: 

-Pídele a Dios que abra tus ojos a la luz de la verdad de tu condición delante de Él.
-Ora para que el Espíritu Santo te ayude a hacer morir las obras de la carne en tu vida. Romanos 8:13
-Dale gracias a Dios por haberte salvado aun cuando estabas muerto y separado de Dios.
-Ora por tus familiares que no conocen a Cristo.

Jesús nos ofrece ¡Redención!

Por: Betsy Torres de Gómez



Lectura Bíblica
Colosenses 1:13-15  
Porque El nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado, en quien tenemos redención: el perdón de los pecados. 

Reflexiona:

Imagínate que alguien ha cometido el peor de los crímenes y está encarcelado y obligado a ser torturado por el resto de su vida. La fianza (DINERO que se paga para dejar libre a un prisionero) es tan alta que no existe millonario que pueda cubrirla. Este hombre no tiene esperanza, nadie puede pagar su condena, sin embargo un día el capellán de la cárcel le dice: Puede salir, usted ha sido liberado, alguien cubrió el costo de su fianza, todo está pago.
El hombre asombrado grita: ¿Quién ha sido? ¿Quién ha podido pagar? Nadie podía hacerlo… mientras su corazón se regocija experimentando la extraña sensación de la libertad inmerecida.
En otro tiempo el pecado era nuestro amo y nosotros sus fieles esclavos, aún si hubiésemos querido no podíamos escapar de su dominio y gobierno. Nuestros deseos y pasiones estaban esclavizadas y solo podíamos huir de Dios.
Necesitábamos a un Redentor que nos sacara de nuestra esclavitud, pagando el precio de nuestra libertad.
El precio era muy alto, era la muerte (Porque la paga del pecado es muerte. Rom. 6:23a). Pero hubo uno que dio su vida por nosotros que a pesar de nuestra maldad, se humilló hasta lo sumo y se entregó para pagar el precio de nuestra libertad (Pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor. Romanos :23b).

Pregúntate:

¿Estoy viviendo como esclava del pecado o como libre por el sacrificio de Cristo?
¿El pecado domina mi vida?
Al final del día ¿Mis acciones reflejan si soy libre del pecado o aun soy esclava?

Ora: 

-Pídele a Dios que abra tus ojos a la realidad de su sacrificio y puedas ver cuan alto precio el pagó.
-Pídele al Señor que ponga en ti la misma mente que hubo en Cristo, que siendo Dios se humilló hasta lo sumo.
- Dale gracias a Dios por pagar el precio de tu rescate.

Jesús nos ofrece ¡Propiciación!

Por: Betsy Torres de Gómez



Lectura Bíblica

Salmos 7:11
Dios es juez justo, Y Dios está airado contra el impío todos los días.
1 Tesalonicenses 5:8-10 
Porque no nos ha destinado Dios para ira, sino para obtener salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, para que ya sea que estemos despiertos o dormidos, vivamos juntamente con El.

Reflexiona:

En estos tiempos en los que las personas sólo hablan del amor, muchos miran a Dios como un abuelo complaciente que tolera todo tipo de mal comportamiento. Hacen lo que quieren, viven de espaldas a él y luego le llaman “Papá Dios”. “Dios me ama tanto que no me va a castigar” dicen…
Ese dios es pura imaginación de los hombres para no reconocer que están en falta, las Escrituras nos revelan que Dios está airado contra el pecador/impío todos los días. (Efesios 2:3) Hay un problema serio entre Dios y el hombre, el pecado no sólo marchitado la relación entre ellos, sino que también ha creado un profundo abismo y la ira de Dios debe ser removida.
No existe ninguna “buena obra” o penitencia que el hombre pueda hacer para quitar la ira que pesa sobre sus hombros. Sólo un sacrificio perfecto podía satisfacer la ira de Dios y ese sacrificio es Jesús, sólo el pudo llenar todos los requisitos hasta remover la ira del Padre.
Jesús aplacó la ira de Dios en la cruz, eso es lo que significa propiciación.
Si no fuera porque ahora nos vestimos de la santidad de Jesús, nunca hubiésemos podido presentarnos en nuestra suciedad, maldad y perversión delante de un Dios tres veces santo.
¡Que maravillosa noticia! Cristo ha quitado la enemistad entre Dios y yo, ha rasgado el velo en dos y ahora puedo acercarme con confianza a su trono.

Pregúntate:

¿Miro el pecado de la misma manera que Dios lo ve?
¿Me complazco con las cosas del mundo o estas me causan asco y repulsión?
¿Mis actividades recreativas se parecen más a la santidad de Dios o a lo mundano del pecado?

Ora: 

-Dale gracias a Cristo por aplacar la ira de Dios sobre ti.
-Pídele a Dios que te permita ver el pecado con los ojos que El lo ve.
-Pídele a Dios que te ayude a cultivar una vida de santidad y a rechazar todo lo pecaminoso en tu vida y en tu andar.

Jesús nos ofrece ¡Adopción!

Por: Betsy Torres de Gómez




Lectura Bíblica

Efesios 1:3-6En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado.
Juan 1:12Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.
Gálatas 4:7Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero.

Reflexiona:

¿Leíste los versículos? ¡Léelos otra vez!
¡Que palabras tan poderosas! Antes éramos esclavos del pecado, vivíamos en oscuridad, lejos de Dios y sin esperanza pero en Cristo no sólo somos libres sino también adoptados en Su familia.
¿Cómo es posible que un Dios santo y suficiente en sí mismo, adopte pecadores para hacerlos sus hijos y darle todos los beneficios y privilegios de su paternidad? ¡Eso logró Jesús en la cruz!
El pecado nos dejó huérfanos, solos, desprovistos y desprotegidos, pero Dios muestra su gran amor para con nosotros que nos escogió desde antes de la fundación del mundo para que fuéramos suyos a través de Su Hijo.
Conoce algunos de los beneficios de ser parte de la familia de Dios:
-El privilegio de relacionarnos con Dios como un padre amoroso.
Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos! 1 Juan 3:1
-Somos herederos de Dios y coherederos con Cristo 
Así que como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios; pero si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento. Romanos 8:17 
-Tenemos la guíanza del Espíritu Santo
Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Romanos 8:14
-El privilegio de ser disciplinados
¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor y no te des por vencido cuando te corrige. Pues el Señor disciplina a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo». Hebreos 12:5-6 

Pregúntate:

¿Es mi relación con Dios como la de un esclavo con su amo o como la de un hijo con su padre?
¿Puede la gente reconocer que soy hijo de Dios?
¿La manera en la que vivo habla bien o mal del Padre que tengo?
¿Tomo a la ligera la disciplina de mi Padre?
¿Agrado a mi padre en la forma en que trato a mis hermanos?

Ora: 

-Dale gracias a Dios porque te adoptó como hijo.
-Pídele a Dios que ayude a través de Su Espíritu a reflejar el carácter de tu Padre.
-Pídele a Dios que te de un corazón para alcanzar a aquellos que están huérfanos espiritualmente con Su Palabra.
-Pídele a tu Padre que te ayude a recibir Su disciplina con agradecimiento.

Jesús nos ofrece ¡Expiación!

Por: Betsy Torres de Gómez 





A continuación les comparto una pequeña reflexión hecha por Betsy Torres de Gómez: 

Lectura Bíblica

1 Timoteo 2:5-6  
Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre, se dio a sí mismo en rescate por todos, testimonio dado a su debido tiempo. 
Hebreos 9:12 
Con su propia sangre —no con la sangre de cabras ni de becerros— entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna. 

Reflexiona:

¿Sabías que en el Antiguo Testamento el pueblo hebreo tenía un sistema para recibir el perdón de sus pecados? De acuerdo a su condición económica tenían que sacrificar un animal, pero no cualquier tipo de animal, debía ser uno perfecto en su especie. Ellos necesitaban derramar la sangre para ser librados de la culpa de sus pecados.
¿Te imaginas cómo sería si aún fuera así en estos días? Llegar al templo con una paloma o un cordero sabiendo que en poco tiempo tendrás que hacer lo mismo y nunca sentirte completamente libre la culpa y la condenación. ¡Que terrible!
No es posible que la sangre de los toros y las cabras quite los pecados. (He 10:4). Se necesitaba un mejor sacrificio (He 9:23), la única manera de borrar los pecados era con el sacrificio de la sangre de Cristo (He 25-26). ¡El cordero sin mancha!
¡No había otra forma, no existía otra opción! Tu salvación y la mía sólo ha sido posible a través de la muerte de Cristo en nuestro lugar.
Eso es lo que significa expiación, liberar a un culpable por medio de un sacrificio. ¡La obra de Jesús en la cruz fue un sacrificio definitivo y completo!
Ya jamás seremos culpables ante Dios, no por nuestra propia justicia sino por la de Aquel que se inmoló por mí y por ti.

Pregúntate:

¿Llevo en mis hombros la culpa de mi pecado?
¿Creo que Jesús es capaz de perdonar mi pecado pasado, presente y futuro?
¿Vivo agradando a Aquel que me liberó de la condenación eterna?

Ora: 

-Dale gracias a Dios por haber pagado con Su sangre la culpa que te correspondía.
-Pídele a Dios que te ayude a agradarle cada en agradecimiento por haberte rescatado.
-Pídele a Dios que tu vida pueda ser instrumento con el cual El pueda rescatar a muchos.